jueves, 12 de febrero de 2015

COMO NOS VEN... LOS PADRES

HOY ENTREVISTAMOS A… LOS PADRES DE LAS FAMILIAS ETAYO Y ZUBIETA

Con esta segunda entrevista inauguramos un ciclo dedicado a conocer cómo nos ven diferentes agentes del día a día del grupo. ¡Y quién mejor para empezar que los padres! Para ello contamos con la colaboración de Javier Etayo y Eva Ros, y de Jesús Zubieta y Agus Olcoz.
Los primeros son padres de Maxi, África, Ángela y Eva Etayo. Todos ellos han pasado por las sucesivas ramas del grupo desde que eran pequeños y han continuado posteriormente su caminar scout como monitores: Maxi y África en Mikael, Ángela en Baracea y Eva en la Vª Tropa.
Por su parte Agus y Jesús son padres de Irati, que también ha estado en el grupo durante muchos años desde que era pequeña y actualmente es monitora en el grupo Dendari Izar, y de Leire que actualmente se encuentra en la rama Ruta.
Durante años han participado activamente arrimando el hombro cuando se les necesita como muchos otros padres y ahora nos ayudarán a conocer mejor la visión de los padres.
¿Cómo os enterasteis de la existencia del grupo?
Etayo: Nos enteramos en la parroquia, en un tablón de anuncios de los despachos parroquiales.
Zubieta: Nos enteramos asistiendo a la misa de las familias en San Miguel. La madre de Ana Medrano comentó que sus hijas habían empezado a asistir, nos gustó lo que contó y fuimos a enterarnos.
¿Por qué decidisteis apuntar a vuestros hijos a los scout?
Etayo: Nos gusta mucho el monte. Cuando éramos jóvenes nos hubiera gustado pertenecer a un grupo organizado de este tipo pero por uno u otro motivo no pudimos. Pensamos que a nuestros hijos les vendría muy bien desfogarse en el campo y tratar con otros chavales. Conocimos a los monitores y nos parecieron fantásticos. ¡Y hasta ahora!
Zubieta: Cuando acudimos a la primera reunión nos llamó la atención la organización (objetivos de Fe, País). También influyó el hecho de que algunos de los monitores eran antiguos alumnos del cole donde trabajo y los conocía. Hablé con algunos padres y estaban muy contentos.
¿Cuál diríais que ha sido la aportación del escultismo en la educación de vuestros hijos?
Etayo: Creemos que ha contribuido a una mayor socialización de nuestros hijos, con todo lo que implica de respeto a los demás, a la comunidad, etc. Han aprendido a ayudar a los demás, viendo como son ayudados también; a hacer cosas por la comunidad sin necesidad de ser pagados por ello; a tratar con todo tipo de chavales con los que probablemente no hubiesen tenido contacto, a ser más responsables, etc. En definitiva, a abrirles la mente de una manera mucho más sana que otro tipo de "movimientos" muy abundantes en Navarra en esa época. Además ha contribuido a inculcarles valores cristianos en unas edades difíciles y otros valores además de los arriba expresados como ayudarles a no dejarse llevar por las modas, no ser consumistas... Consideramos que la educación de jóvenes por otros jóvenes es fundamental y complementaria de la que reciben en casa, en el colegio… pues ellos conocen mejor su ambiente y costumbres.
Zubieta: Igual empiezo y no acabo. Creo que les ha servido para ayudarles en su crecimiento como personas en todos los aspectos: autonomía, relaciones sociales, aprender a convivir y compartir, apreciar y respetar la naturaleza y principalmente adquirir unos valores y profundizar en su fe.
¿Para los padres supone una ayuda en vuestra labor educativa?
Etayo: Por supuesto. Ha sido importantísima. Siempre decimos que si en algo hemos acertado con nuestros hijos ha sido en introducirles en el mundo del escultismo.
Zubieta: Por supuesto, si los padres nos informamos sobre el escultismo y vemos que estamos de acuerdo, es una gran ayuda. Nuestras hijas han conocido a través de sus monitores, chicos y chicas jóvenes y muy cercanos a ellas, muchos de los aspectos que nosotros como padres les queremos transmitir pero que a veces nos cuesta ya que nos ven como “mayores” y sobre todo en algunas edades (Ranger y Pioneros) incluso rechazan nuestras ideas.
Disfrutan muchísimo en las actividades. Ya desde Lobatos se meten de cabeza en el Libro de la Selva. Conforme han ido creciendo se han ido implicando en conocer otras culturas, realizar empresas, conocer voluntariado... Pero al mismo tiempo, de forma escalonada, han ido realizando reflexiones sobre su Fe, la relación con su familia, amigos, se han parado a mirar en su interior. Creo que los “Raid”, muy bien preparados, les han ayudado mucho en estos aspectos.
¿Cuál creéis que es la rama que más han disfrutado vuestros hijos?
Etayo: Todas. Se lo han pasado en grande en cada una de ellas. Sobre todo en los grupos de menor edad volvían alucinados. Y ahora de monitores les sucede lo mismo.
Zubieta: He hablado con ellas y es difícil, ya que de todas tienen buenos recuerdos. Hoy mismo recordaban con mucho cariño cuando empezaron, como se asustaban con los monos… Pero luego también hablaban de experiencias en otras ramas, las discusiones para ponerse de acuerdo en actividades, las risas, la Promesa, los campamentos (siempre les daba pena volver), la experiencia de Taizé, las travesías…
A los chavales les gusta mucho el campamento de verano. Supongo que a vosotros también. ¡Quince días solos sin hijos!… ¿Cómo son esos días?
Etayo: Es algo impagable y aprovechábamos para ir unos días de descanso. Estamos en deuda con todos aquellos monitores de nuestros hijos que nos hacían ese enorme favor: Miguel, Carlos, Javier, Alicia, Silvia, Nerea, Izaskun, Pablo, Tote, Yanire y otros que por desgracia no recordamos ahora, pero su cara no se nos olvidará nunca. Siempre estás un poco preocupado, claro, pero al cabo de los años y viendo cómo funcionan se nos quitaron todos los miedos. Lo tienen todo muy bien atado.
Zubieta: Al principio era duro, teníamos plena confianza en los monitores pero yo no podía evitar estar pendiente del teléfono por si pasaba algo, su padre menos. Reconozco que, sin poder evitarlo, me quedo más tranquila cuando calculo que han acabado la travesía. Pero sabemos que es algo que les entusiasma, que “nos une y nos hace ser diferentes, sin preocuparnos de tantas tonterías”. Conforme se han hecho mayores, no voy a negar, que al matrimonio nos vienen bien unos días de vacaciones solo preocupándonos de nosotros.
Seguro que a la vuelta de los campamentos os avasallan con sus historietas. ¿Recordáis alguna?
Etayo: Claro, muchas. La del zorro que se les metía en las tiendas en el Pirineo causando pavor; la de África que corriendo una cuesta abajo tuvo que ser parada por un montañero pues no podía parar; las garrapatas del pajar; las historias de convivencia con los vecinos de Hecho, a los que tenían que pedir comida a cambio de trabajillos; las noches con los juegos de “El libro de la selva” y otros juegos de rol, etc. Algunas pueden parecer algo desagradables pero son un importante aprendizaje vital.
Zubieta: Muchísimas. Había que hacer turnos entre las dos. En el primer campamento de verano de Irati, yo estaba deseando verla. Cuando llegamos pensaba que iba a decirme que tenía ganas de volver pero no: “Bajamos a Pamplona, me ducho, me lavas la ropa y quiero volver otra vez”. Los juegos de indios han sido historias interminables. Las travesuras a las noches hasta que alguna vez los sacabais a correr…
Y para terminar el campamento, ¡día de padres!
Etayo: Da mucho gusto reencontrarse con los hijos después de tanto tiempo; el intercambio de comestibles entre familias y los juegos del final de campamento. Siempre nos llama la atención que, después de 15 días, ¡los hijos no quieren volver a casa!
Zubieta: Para nosotros es un día estupendo. Convivimos con otros padres, con los monitores. A nuestros hijos, creo que les gusta que vayamos (no sé si solo por la comida…) y que conozcamos donde han estado. Disfrutamos en los juegos, es un ambiente muy bueno.
Los monitores siempre intentamos que la relación con los padres sea lo más cercana posible para poder hablar en confianza de la evolución de vuestros hijos. Y para ello que mejor que las reuniones de padres, las excursiones conjuntas y por supuesto los días de padres de los campamentos. ¿Cómo animarías a los padres a que asistan?
Etayo: Al principio es muy importante para conocer a los monitores y compañeros de los chavales. Te das cuenta de lo maravillosos y desprendidos que son los monitores. Al cabo de poco tiempo sabes que los dejas en las mejores manos. La verdad, es una alegría encontrarse año tras año con los monitores y cuando vuelves a ver a alguien que está con tus hijos desde hace más de veinte años como Flip, es ya "flipante".
Zubieta: Si estamos juntos en este proyecto y creemos en el escultismo es necesario que participemos en todas estas actividades. En las reuniones nos damos cuenta que todo está planificado. Bien pensado. Es importante conocer donde están acudiendo nuestros hijos y para qué. En las excursiones tenemos la oportunidad de ver como se relacionan nuestros hijos con los monitores y lo agusto que están. Intercambiar ideas con vosotros, preguntar dudas y comentar los aspectos que nos preocupan. A lo largo de estos años, hemos podido conocer a padres con los que hemos congeniado, nos hemos reído, hemos comentado problemas con nuestros hijos, creo que nos sirve como terapia. ¡Todos tenemos momentos difíciles con nuestros hijos!
Javier y Eva, vosotros habéis vivido el día a día del grupo desde sus inicios. ¿Cómo ha cambiado el grupo desde entonces?
Sentíamos mucha pena cuando los hijos nos comentaban que algún monitor había ya dejado el grupo. Esos son los cambios que más hemos notado, los personales. Imaginamos que habrá cambiado pero los principios son los mismos: cariño hacia los chavales, responsabilidad, ganas de mejorar en todos los sentidos, educación, etc.
Agus, tú en concreto has formado parte de la comisión de padres del grupo. ¿Qué se hace en esa comisión?
Las reuniones sirven para conocer mejor todo el trabajo que realizan los monitores, intercambiar ideas y opiniones, ayudar a organizar los días de padres o lo que los monitores nos sugieran que podemos hacer.  El ambiente es muy bueno, cada uno aporta algo para merendar mientras hablamos. Solemos hacer una reunión al trimestre. Este año por la celebración del XX aniversario nos hemos juntado algún día más. Se suelen hacer a las 20:00 para que no haya problema con el trabajo.
¿Qué les diríais a los padres más “novatos” del grupo?
Etayo: Fuimos testigos, eso sí raramente, de críticas a monitores o que determinadas actividades no sucedían como estaban previstas. Era algo para nosotros muy molesto, conociendo el tiempo                desinteresado que invertían los chavales y los beneficios que nos aportaban a los padres. Hoy, con los cuatro hijos en diferentes grupos scout lo podemos corroborar: su dedicación es increíble, con gran responsabilidad y sin ninguna ganancia excepto la personal. No es solo los fines de semana y los campamentos, se reúnen varios días a la semana, para preparar todo lo necesario. Así que les pediría          a los padres que siempre que vean algún error, por favor, piensen en lo que les cuesta a los chavales preparar todo y llevarlo a cabo y confíen plenamente en ellos.
Zubieta: Asistir a las reuniones, conocer un poco el escultismo y si estáis de acuerdo es la mejor decisión que podéis tomar. Vuestros hijos se van a divertir muchísimo pero a la vez se van a ir formando. Van a aprender a convivir con otros niños, van a ir adquiriendo compromisos, van a adquirir autonomía, van a confiar en los monitores con los que van a hablar con confianza. Conforme se vayan haciendo mayores vuestros hijos os daréis cuenta que sus aficiones, sus ideas, sus valores... con vuestro apoyo, son aquellas que queríais transmitirles
Para terminar, ¿Podríais contarnos alguna anécdota que recordéis con especial cariño?
Etayo: Los pasábamos muy bien en las cenas de padres y fue una revelación maravillosa ver al consiliario Jesús Mari cantando cualquier tema con vehemencia y animando la velada. También los calderetes de Bernardo eran fantásticos, nos acordamos mucho de él.
Zubieta: Tengo muchas. Cuando la pequeña empezó era muy tímida y yo tenía miedo que le costase relacionarse. El primer día que fui a buscarla me la encontré sentada con la monitora, jugando con todos y enseguida me dijo que quería volver. Fue un paso enorme en solo un día.
Me gustaría añadir mi admiración hacia todos/as monitores, su dedicación, su preparación. Creo que es un aspecto que nos cuesta valorar. Tal vez por estar metida en el mundo de la enseñanza me doy cuenta del tiempo que deben invertir en preparar las actividades, planificar campamento, buscar subvenciones…
Suelo leer, con permiso de mis hijas, todo lo que preparáis para sus reflexiones, diálogos… Tengo que deciros que nos vienen bien también algunas cosas a los adultos. Creo que servís como un buen ejemplo para todos estos chicos y chicas que  acuden a los scout.
¡Muchas gracias por todos estos años!

Dia de padres campamento de verano 2008


¡Muchas gracias a vosotros también por acceder a esta entrevista!

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