HOY ENTREVISTAMOS A… JESÚS MARÍA ARBUNIÉS Y FÉLIX GARGÍA DE EULATE
Aprovechamos la sección de
entrevistas para acercarnos a una de las figuras más particulares que podemos
encontrarnos en un grupo scout: el consiliario. Es una pieza fundamental dentro
del método scout cristiano. No siempre puede estar presente debido a sus muchas
otras obligaciones, pero aun así su labor es muy importante por todo lo que
representa.
Hoy queremos dar la voz a dos
de los consiliarios con los que hemos podido compartir más años de la corta
(cada vez menos) historia del grupo. Jesús Mari Arbuniés, consiliario durante
los primeros años del grupo y Félix García de Eulate o Don Félix como todos lo
conocemos, que seguro que la mayoría aun os acordáis de él.
Los que hemos tenido el placer
de trabajar con ellos podemos dar fe de lo mucho que han trabajado por este
grupo durante su etapa en él e incluso después, siempre dispuestos a echar un
cable allá donde hiciera falta.
Desde aquí agradecemos esa
dedicación, a ellos en particular pero también al resto de consiliarios que han
trabajado con nosotros durante todos estos años.
Don Félix, en un campamento de verano
Hace ya muchos años que dejasteis de estar con nosotros día a día así
que lo primero va a ser presentaros para que la gente más nueva os conozca.
Jesús Mari: Fui consiliario durante seis años, los que estuve en
San Miguel. Durante ese tiempo yo era Vicario Parroquial. Ya hace trece años
que tuve que dejaros.
Don Félix: Fui consiliario durante mi etapa como párroco en San Miguel
(2004-2009) porque llevo el escultismo en el alma desde que fundé un grupo en
Bolivia en el año 1970. Después seguí tres años más, mientras residí en los
pisos de la parroquia. Dejé de ser consiliario en 2012. Así que he estado ocho
años con los scouts.
¿Recordáis vuestro primer contacto con el grupo?
Jesús Mari: La verdad es que no recuerdo muy bien ese primer contacto.
Hace ya muchos años.
Don Félix: Cuando llegué no sabía ni que había scouts en la parroquia.
Se presentaron unos monitores en mi despacho para saludarme y pedirme que
reservase la sala del vídeo para una reunión con los padres.
Ser el consiliario de un grupo scout es mucho más que oficiar las
eucaristías en los campamentos. ¿Podríais explicarnos qué labores desempeñabais
dentro del equipo de monitores?
Jesús Mari: Procuraba estar en los Kraales, asistiendo como uno más
y viviendo el día a día del grupo. E incluso los asuntos personales de los
monitores. Entonces se decía: “¡Eso para luego, cuando empiece el Kraal rosa!”)
Don Félix: La función del consiliario scout es vincular el grupo con la
parroquia para que se sientan parte de ella y de su apostolado. Así,
especialmente los monitores, reciben una buena formación en la fe, colaboran en sus actividades y
definen su identidad de movimiento scout católico. En mi caso al ser párroco
realicé una función de dirección espiritual y consultas personales de algunos.
Siempre da tranquilidad a los padres de los chicos y chicas del grupo
el hecho de que haya un adulto como lo es el consiliario integrado en el equipo
de monitores. Desde ese punto de vista, ¿Cómo evaluáis la labor de los
monitores y la preparación de las actividades, excursiones, campamentos, etc.?
Jesús Mari: Siempre muy positiva. Los que no están dentro son
incapaces de descubrir todo el trabajo realizado. Muchas veces parece que nadie
se entera, que nadie lo valora pero la realidad es que todo produce sus frutos.
Don Félix: Muchas veces los padres me hablaban de asuntos delicados de
pedagogía grupal, comportamientos, capacidades formativas y se sentían
tranquilos al darles la seguridad de que la formación era la auténtica en el
espíritu del escultismo católico.
Los monitores siempre se encuentran en continua formación. Cursos de
Monitor de Tiempo Libre y de Director de Tiempo Libre, jornadas de formación de
monitores, montañismo, primeros auxilios, manipulación de alimentos… y por
supuesto también formación en la fe católica. ¿Qué papel desempeñabais a la
hora de formar a los monitores en la fe?
Jesús Mari: Organizábamos actividades especificas para monitores,
siempre con la ayuda del representante de la Mesa de Fe. Creo que más
importante que los momentos puntuales era el día a día, donde todos nos
ofrecíamos lo mejor.
Jesús Mari
compartiendo un café de campamento con Judith y Flip
Don Félix: Los encuentros con los monitores para preparar todas las
actividades eran fluidos, sin dificultades, ni contrastes, pues hubo una
sintonía total. Me di cuenta de que necesitaban más y mejor formación en la fe.
Siempre insistía en las motivaciones de fe para perseverar siendo monitor y en
la capacidad de dar respuestas correctas y acertadas a las inquietudes de los
chicos, lo cual presentaba mucha problemática. Varios monitores superaron sus
crisis de fe.
Don Félix con el
Kraal en un fin de semana formativo.
Una de las labores más importantes de un consiliario es la de ejercer
de nexo de unión entre el grupo scout y la Parroquia. ¿Cómo fue la relación
entre ambos vuestro tiempo?
Jesús Mari: Inmejorable.
Don Félix: Para vincular al grupo con la parroquia les fui dando
responsabilidades, como animar la misa de los jóvenes, ser catequistas, ayudar
en las exposiciones y mercadillos, jornadas de manos unidas, alimentos de caritas, acompañar el vía crucis
público y tener algún representante en el consejo parroquial.
Han sido muchos años acompañándonos en nuestro día a día. Seguro que
tienes muchos recuerdos especiales. ¿Podrías compartir alguno de ellos?
Jesús Mari: En los campamentos había ratos a la noche, después del
Kraal, donde no se hacía hora de ir al saco. Eran momentos muy especiales,
donde afloraban los sentimientos y las preocupaciones de cada uno de nosotros.
Don Félix: Los recuerdos son muchísimos. Contaré dos como botones de
muestra. Ambos encuentros en el sótano de la sede de los scouts. Uno con los
monitores y otro con los Rutas de un año. Con los monitores se preparó una
reunión en la que cada uno grabó con su teléfono móvil un testimonio sobre su
idea de Dios y después se proyectaron todos en la pantalla. Fue muy intenso y
emocionante. Otra vez con los Rutas estábamos en penumbra con unas velitas
encendidas haciendo unas reflexiones. Vi a una chica muy emocionada y con
alguna lagrima. Hablé después con ella. Me contó su historia y su vida cambió.
Hoy es feliz con su familia.
Muchos recuerdos y también muchas personas. ¿Recordáis a alguien con
especial cariño?
Jesús Mari: Hay infinitos recuerdos y personas con los cuales sigo
teniendo relación.
Don Félix: Es muy comprometedor citar personas porque a todos he
querido y quiero mucho y por igual. Pero a Edurne, Elena, África y Estibaliz,
que han venido conmigo voluntarias a las
misiones, las recuerdo de manera especial.
Volviendo al presente, ¿Qué es de vuestras vidas?
Jesús Mari: Ahora estoy en Mutilva y por supuesto, ¡tenemos un
grupo scout! Es una parroquia muy joven y con mucho trabajo por hacer. Mi día a
día es bastante complicado, pero me alegra poder saber que el tiempo se llena
de cosas y personas. Estamos llamados a ser “sal y luz de este mundo”. Y la
gente anima mucho: su ilusión, su trabajo, el no medir ni el tiempo ni el
esfuerzo…
Don Félix: Ahora soy Pro-Vicario General de la Diócesis y mi trabajo
principal está en el obispado realizando las tareas del cargo, que se resumen
en tratar de que todo funcione bien en la diócesis, colaborando estrechamente
con los obispos. Además soy Director del Semanario Diocesano “La Verdad”. Es
otra responsabilidad fuerte. También atiendo como párroco tres poblaciones
rurales: Zurucuáin, Arandigoyen y Lorca. Finalmente soy Rector de la Capilla de
Adoración Perpetua que está en la Basílica de San Ignacio. Son muchos cargos y
muchas cargas…
Han pasado ya algunos años desde que dejasteis de ejercer como
consiliarios del grupo pero siempre habéis acudido cuando se ha requerido
vuestra colaboración. Una misa, una actividad de formación, una cena… A veces comprimiendo
incluso en exceso vuestras agendas. ¿Cuál es la recompensa?
Jesús Mari: ¡Buenísima pregunta! La recompensa es hacer lo que el
Señor nos manda. Salir al campo de la vida con el deseo de ser la Buena Noticia
de Jesús. Puede resultar muy teórico pero eso se traduce en intentar dejar el
mundo, la parcela que nos han asignado, un poco mejor de cómo estaba. ¿Os
suena? Recompensa es ver segundas generaciones que ya son monitores. En mi
parroquia anterior, Santa Teresa, los chavales que empezaron son actualmente
los monitores del grupo con ilusión y ganas. Y también con la ayuda de los monitores
antiguos que les ayudan en la coordinación. También es recompensa todas esas
relaciones que se hacen con familias que perduran con el paso del tiempo.
Recompensa es ver el buen hacer de los monitores que a mí personalmente me
ayuda mucho y me estimula a seguir sin desanimarme nunca.
Don Félix: Estar con los scouts es un gozo para mí. Siempre que me
necesitan voy. Me rejuvenezco y me siento en lo que más me gusta, que son los
jóvenes, por mi vocación y formación pedagógica salesiana. Lo que te gusta no
cuesta sacrificio.
Poco a poco todos nos hacemos mayores. ¿Qué se siente cuando los que
han sido compañeros de Kraal te llaman para que oficies su boda?
Jesús Mari: Te da muchísima alegría. Primero son las bodas pero
luego van llegando los bautizos (creo que ya van unos quince). Y lo
verdaderamente importante es saber que podemos contar unos con otros, que nos
unen muchas cosas.
Don Félix: Pienso: hemos llegado a una meta hermosa. La vida sigue
adelante guiada por los valores del escultismo católico. Presidir una boda de
miembros del Kraal es una señal de gratitud y confianza. Me siento feliz y
sanamente orgulloso. Me vienen muchos recuerdos de cómo eran cuando empezaron
en el escultismo y el avance de maduración personal humana y cristiana que han
tenido. Siempre tengo presentes a todos en mis oraciones y me intereso por sus
vidas.
En
la cena de celebración del XV Aniversario.
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