jueves, 16 de abril de 2015

LA VOZ DE LA EXPERIENCIA

HOY ENTREVISTAMOS A… SILVIA ELÍA Y MAXI ETAYO


Para la entrevista de hoy tengo el placer de contar con dos personas para las cuales sobran las presentaciones. Creo que no habrá mucha gente que haya pasado por el grupo y no haya conocido a Silvia y a Maxi. No en vano llevan en Mikael desde sus inicios y nadie ha estado tantos años como ellos portando la “roja y verde” al cuello. Su voz es la de la experiencia y por ello se han ganado a pulso un hueco en esta sección.

De selfie

¿Podéis contarnos como ha sido vuestra trayectoria en el grupo?

Silvia: ¡Madre mía! Todo empezó hace ya… ¡20 añazos! Cuando yo tenía 8. Si mal no recuerdo, estábamos en la catequesis de la parroquia (ese año hacíamos la comunión) y vinieron a hablarnos de un grupo scout que iba a empezar su andadura. ¿Un grupo que? Imaginaos, no habíamos oído hablar de los scouts nunca y mucho menos sabíamos que hacían. A mis padres y a los de todos mis compañeros les debió de encantar la idea porque nos apuntaron a todos al grupo. Efectivamente y como nos ha pasado muchos, fue gracias a mis padres que decidieron en ese momento por mí que pude disfrutar de todo lo que supone ser miembro de un grupo scout. Pase por todas las etapas desde Lobatos hasta Rutas y cuando llego el momento me decidí a probar también como monitora.

Maxi: Yo empecé en el grupo en tercero de primaria, con 7 u 8 años. Recuerdo que antes de apuntarme fui a una excursión a la nieve a la que nos invitaron a todos los chicos y chicas de las catequesis. Cuando era Pre-Ranger I me desapunté, ya que me coincidían las actividades con los partidos pero volví al año siguiente porque lo echaba de menos. Y desde ahí estuve hasta rutas, cuando tomé la decisión de seguir mi estancia en el grupo ya como monitor. Y ya van 8 años desde que tomé esa decisión.

Primero fuisteis chavales durante muchos años. ¿Cómo fue esa etapa?

Silvia: ¡Qué manera de disfrutar! ¡Cuántos recuerdos! Juegos, excursiones, talleres, Gorkas, campamentos, cientos de anécdotas, infinitas reflexiones, gente que viene, gente que se queda y gente que se va… También hubo momentos de dudas, momentos de: ¿esto es para mí? La verdad, no sé cómo resumir en pocas palabras todo lo vivido en esos diez años… Simplemente es algo inolvidable, algo que ha marcado mi vida y que me ha hecho ser como soy.

Maxi: Siempre digo que si pudiera firmar volvería a ser chaval sin duda.  Me gusta ser monitor pero el ser chaval tiene ese toque de despreocupación y aventura que siendo monitor a veces te falta. Tengo muy buenos recuerdos de esa etapa, sobre todo cuando era Ranger o Pionero, que ya estaba más a gusto con mis compañeros de rama y nos llevábamos todos mejor puesto que éramos menos que cuando éramos Lobatos y me sentía más unido al grupo en su conjunto. Algo que si que recuerdo de mi etapa de chaval, sobre todo de cuando era pequeño, es que éramos bastantes menos que ahora y nos sentíamos más como una pequeña familia.

Después de todos esos años de chaval, pasáis a monitores. ¿Qué nos podéis decir de esa etapa?

Silvia: Si la etapa de chavala la disfrute, la de monitora… ¡Impresionante! Ahora veía todo desde el otro lado de la barrera. No podía imaginar todo el trabajo, el esfuerzo, las ganas y la ilusión que había detrás de cada actividad, de cada campamento, de cada detalle. ¡Cuánto se da pero cuanto se recibe! Es lo que hace que esta rueda funcione. Esa satisfacción de ver que una actividad sale, ver la cara de tus chavales disfrutando con algo que has preparado… Por supuesto, también hubo momentillos de flaqueza, de épocas no tan buenas, pero al final se notaba que éramos un buen equipo, todos tirando hacia la misma dirección y trabajando por lo mismo: por nuestros chavales.

Maxi: La verdad es que es una etapa muy diferente, pero también es una etapa muy enriquecedora. Conoces a muchísima gente y aunque conlleva un cierto trabajo, creo que la recompensa personal que se obtiene es más que suficiente. Uno de los mejores momentos es cuando ves que tus Lobatos o Pre-Ranger se han convertido ya en Rutas y en seguida terminarán su etapa como chavales.

¿Qué momentos recuerdas con un mayor cariño?

Silvia: ¡Buff! Es dificil decir. Son tantos momentazos en 16 años… Como chavala tengo muuuuchos recuerdos de mi etapa como Lobato. Supongo que porque fue el inicio, cuando todo es novedoso para ti. Yo alucinaba: ¡nos perseguían monos y cazábamos un tigre! ¿Qué más se puede pedir? (risas) Como monitora, lo mismo, son tantas cosas… Quizás recuerdo con especial cariño mi primer año: tenía ilusión como para parar un tren. Intentaba absorber como una esponja todo lo que me ensañaban los viejos lobos y conocí a mis primeros chavales (los actuales rutas) que entonces eran Lobatos y con los que he compartido 4 años de mi etapa como monitora. ¡Ah! ¡Y los Kraales de campamento de los primeros años! Momento de desconexión y de risas con tus compañeros: simplemente genial.

Maxi: Existen muchos buenos momentos, tanto de chaval como de monitor. Como chaval, los mejores momentos eran las noches de los campamentos en los que no parábamos de hablar y reírnos. También recuerdo con especial alegría el día de mi Promesa y el día que subimos la Gran Facha (3.005 metros) en una travesía de Pioneros. Los momentos de apalanque también eran recibidos con gran efusividad dentro de mi rama.
Como monitor, siempre es bonito el momento en el que un chaval o chavala te pide ser su padrino de promesa. Aunque pienso que los monitores debiéramos restarle importancia a eso, la verdad es que es un momento emotivo.

¿Alguna anécdota graciosa que recordar toda vuestra vida?

Silvia: Que preguntas tan difíciles estas de tener que elegir… ¡hay infinitas! Pero siempre me rio mucho con una en la que nos robaron el mástil de campamento. ¿Os acordáis? Había sido ya el día de padres y solo quedábamos en la campa los monitores para terminar de desmontar alguna cosilla. Total, que entre otras cosas dejamos pendiente de quitar el mástil porque era mirarlo y te entraba una pereza... Así que nos fuimos a dormir. Al día siguiente al salir de la tienda… ¿Y el mástil? ¿Quién se ha tomado la molestia? Si mal no recuerdo habían sido unos del pueblo. Ellos lo hicieron por tocar las narices y fastidiar, pero nos hicieron el favor de nuestras vidas. Lo habían desmontado y lo habían dejado por ahí tirado entre la maleza. ¡Trabajo perfecto! Y nosotros desternillados por su gran “fechoría”.

Maxi: Si les preguntaras a quienes fueron mis monitores seguro que tendrían un montón de anécdotas en las que estaré yo involucrado. La verdad es que en los scout algo que no faltan son anécdotas y momentos graciosos. Y la mayoría de estas se dan en travesías. Recuerdo una con los Ranger (que ahora son Rutas), en la que teníamos albóndigas de lata para cenar. Cuando las abrimos no paraban de salir albóndigas en cantidades desmesuradas, igual había unas 20 por lata. Creo que esa fue la primera travesía scout de la historia en la que la gente no podía comer más.
Como chaval, sé que mis monitores me recordarán por ser un desastre y llevar varias cosas colgando en mi mochila de travesía o no saber ni doblar un papel por la mitad en un taller de papiroflexia…


A Maxi siempre le gustaron los juegos de habilidad

¿De qué personas os acordáis más?

Silvia: Va a sonar a típico pero... son tantas las personas con las que me he cruzado en este camino y que me han marcado: chavales, compañeros de rama, de Kraal, padres, consiliarios, gente de la parroquia, de la Delegación... que no puedo hacer una lista sin dejarme a nadie.

Maxi: Al final recuerdas a muchísima gente que te marcan por una cosa u otra; monitores de cuando eres chaval, monitores con los que compartes preparaciones de campamentos o Kraales, chavales a los que acabas cogiendo especial cariño después de haber estado tantos años siendo su monitor, etc. Si hiciera una lista con nombres no acabaría. Eso sí, hago una especial mención a Alberto Jiménez “Chowi”, que ha compartido conmigo estos 8 años de monitor, desde mi primer campamento hasta el último.

¿Qué sensaciones tienes después de tantos años invertidos en el grupo?

Silvia: Aquí sí que en pocas palabras: me siento muy satisfecha y realizada.

Maxi: La sensación es que ha sido una inversión muy gratificante para mí. Educar a un chaval o chavala y verlo crecer, desde que tiene 10 años hasta que tiene 18 es algo muy emocionante y que es difícil de explicar con palabras. Mikael es para mí como una segunda familia más o menos.

¿Cómo creéis que todo esto de los scout ha influido en como sois vosotros ahora?

Silvia: Indudablemente ha influido muchísimo en cómo soy ahora, en cómo tomo mis decisiones, en cómo me comporto con las personas que me rodean, cómo afronto las cosas que me van pasando en la vida. ¡Todo!

Maxi: Yo creo que mucho. Soy una persona que ha ido cambiando mucho desde que era pequeño hasta ser adolescente y desde entonces hasta aquí también. Pienso que los scouts han tenido una gran influencia en este cambio.

Silvia, tu ya has dejado el grupo definitivamente. ¿Cómo es la sensación de ya no estar en un grupo en el que has vivido tanto?

Silvia: Vamos a ver, voy a ser totalmente sincera. Los sábados por la tarde me siento mucho más relajada. (Risas) En serio, me acuerdo constantemente del grupo y muchas veces sientes nostalgia. Por suerte hoy por hoy, seguimos muy de cerca al grupo y mantenemos el contacto yendo de vez en cuando a alguna actividad especial o a campamentos. Incluso este año, tenemos una comisión de antiguos para ayudar un poquillo con el tema del aniversario y tenemos reuniones todos los meses. Vamos, que nos “hemos ido”, pero siempre con la sensación de que el grupo sigue manteniendo las puertas abiertas para todos.

Silvia dejo el grupo satisfecha de su trabajo

Haciendo un poco memoria de los inicios que vosotros llegasteis a conocer, ¿En qué ha cambiado el grupo?

Silvia: En muchas cosas. Yo creo que realmente todo ha ido evolucionando y cambiando progresivamente, desde los locales hasta el número de chavales. Fijaos que cuando empezó el grupo solo había dos ramas: Pre-ranger y Lobatos. Los monitores creo que de un tiempo a esta parte hemos necesitado formarnos más por las exigencias de la propia sociedad. Antes parecía más sencillo irse con unos cuantos chavales al campo pero ahora hay que llevar todo mega-atado y controlado. Pero en realidad la esencia creo que sigue siendo la misma: brindar a nuestros chavales la oportunidad de formarse como personas, de educarse, de crecer en unos valores sin ser casi conscientes de ello mediante juegos.

Maxi: Para empezar, el grupo ha crecido bastante en número desde sus inicios. Ahora hay unos 120 chavales apuntados, cuando antes recuerdo que cabíamos en casas muy pequeñitas. Por lo demás han ido cambiando bastantes cosillas de diferentes ámbitos, con más o menos importancia, que si no has vivido el antes y el después son difíciles de ver. Esos cambios siempre han intentado hacerse a mejor por parte de los monitores y creo que eso es lo importante.

En una sola frase, ¿Qué os lleváis de vuestra aventura scout en la mochila?

Silvia: ¡Buff! Voy a necesitar una de travesía pero de las grandes grandes. Me llevo cada experiencia positiva de las que he disfrutado infinitamente, las no tan buenas de las que he aprendido un montón y a cada persona que me ha aportado algo en esta gran trayectoria.

Maxi: Yo me llevo todos los buenos momentos pasados, las personas conocidas, las experiencias vividas y el sentimiento scout en el corazón. 

Foto de monitores 2009/2010.

1 comentario:

  1. Sois dos grandisimas personas!!! Llenais de alegria a todo aquel que os rodea.
    Sin duda Mikael no seria como es si no fuera por vosotros.
    Muchas gracias por estar a nuestro lado desde el principio.
    Ha sido una tremenda alegria coincidir con vosotros, conoceros, convivir, aprender, crecer y "apalancarnos" Jajajaj.
    Muchas gracias por formar parte de mi vida.
    Un fuerte abrazo!

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